En un tazón grande, mezcla la harina, el azúcar y la sal. Haz un hueco en el centro.
En un tazón pequeño, disuelve la levadura en la leche tibia y déjala reposar durante 5 minutos hasta que se active.
Vierte la levadura activada, la mantequilla derretida y los huevos en el hueco de la mezcla de harina. Mezcla todo hasta obtener una masa suave y pegajosa.
Amasa la masa sobre una superficie ligeramente enharinada durante unos 10 minutos, hasta que esté suave y elástica. Si la masa está demasiado pegajosa, puedes agregar un poco más de harina, pero ten cuidado de no agregar demasiado.
Forma una bola con la masa y colócala en un tazón ligeramente engrasado. Cubre el tazón con un paño húmedo y deja que la masa repose en un lugar cálido durante aproximadamente 1 hora, o hasta que haya duplicado su tamaño.
Una vez que la masa haya duplicado su tamaño, retírala del tazón y colócala sobre una superficie enharinada. Amásala suavemente para eliminar el exceso de aire.
Divide la masa en porciones del tamaño deseado para los bollos. Forma bollos redondos y colócalos en la bandeja de la freidora de aire, asegurándote de dejar suficiente espacio entre ellos para que puedan expandirse.
Pincela los bollos con leche para ayudar a que se doren.
Precalienta la freidora de aire a 180 grados Celsius y cocina los bollos durante aproximadamente 10-12 minutos, o hasta que estén dorados y cocidos por completo.
Una vez cocidos, retira los bollos de la freidora de aire y déjalos enfriar en una rejilla.
Azúcar glas para espolvorear (opcional)